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DIA 9 DE ENERO SAN JULIAN Y SANTA BASILISA MARTIRES

Posted on January 13, 2015October 17, 2018 by admin

San Julián y santa  Basilisa  mártires

La vida admirable de estos dos célebres héroes de la religión cristiana, con las asombrosas particularidades que ocurrieron en el martirio de San Julián, hicieron su memoria célebre en todo el orbe cristiano.  Nació en la ciudad de Antioquía, capital de la Siria, de padres que unían lo ilustre de su sangre a sus grandes virtudes, los que procuraron con todo  cuidado educarle cristianamente, ayudando a sus deseos la inclinación de Julián a todo lo bueno.  Con su extraordinario talento hizo maravillosos progresos en las ciencias, pero sobre todo en la santidad de su vida. Cumplidos  los dieciocho años pensaron sus padres en casarle, cosa que sintió sobremanera, por el voto que hiciera de consagrar a Dios su castidad.  En la precisión de cumplir su voto y obedecer a sus padres, recurrió a Dios, a  que dispusiese todo al mejor servicio suyo.  El Señor oyó benigno  a su siervo, y le reveló condescendiese  con sus padres, que no perdería su castidad; antes, al contrario, la guardaría también su esposa, sirviendo esto de ejemplo para que otros les imitasen.

Con gran contento de todos prestó su consentimiento, y se desposó con una doncella cristiana llamada Basilisa, muy apreciable por todas sus circunstancias; la que, sintiendo en el primera noche del matrimonio un olor extraordinario; preguntó a Julián de dónde provenía aquella fragancia, en  tiempo de invierno, que no había flores.  Su esposo le dijo que era olor de Jesucristo, que recreaba con tales aromas de la castidad, que Él había prometido, para que, accediendo a tan santa promesa, viviesen castos como hermanos, y derramase sobre ellos sus dones el Espíritu Santo.  Basilisa  aceptó con suma complacencia, demostrándole era su alegría ceñir la aureola de las vírgenes

Repartieron sus bienes entre los pobres, y se dedicaron a  enseñar la educación cristiana, y aumentar el rebaño de Jesucristo.  Basilisa supo por revelación que moriría naturalmente, lo que así se verificó.  Suscitada en aquel tiempo la cruel persecución de Diocleciano y Maximiano contra el cristianismo, llegó a Antioquía Marciano, cruel lugarteniente de los emperadores, quien mandó luego prender a Julián, que estaba orando en el templo con varios eclesiásticos  y seglares, y, sacado fuera con violencia, fue conducido a presencia de Marciano, quien trató de seducirle con ventajosas promesas y terribles amenazas; pero, fortificada la fe de Julián, todo fue inútil.  Marciano mandó azotar al Santo, en cuya ejecución perdió un ojo uno de los verdugos.  A ruego de Julián, Jesucristo obró el prodigio de restituirle el ojo perdido, lo cual produjo la conversión  del agraciado.

ORACION: ¡OH Dios!, que nos concedes celebrar el natalicio de tus Santos Mártires Julián y Basilisa;  haz que en la eterna bienaventuranza gocemos de su compañía.  Por N. S. J. C.

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